Los fundamentos de la educación emocional se encuentran en las aportaciones de la
pedagogía, la psicología y la neurociencia.
a. Aportes de la pedagogía: muchos pensadores a lo largo de la historia han
insistido en la importancia de la educación afectiva. De tal manera que
pedagogos como Pestalozzi, Monstesorri, Freinet, Freire, Simón Rodríguez y
Prieto Figueroa han insistido en la importancia de integrar lo cognitivo y lo
afectivo en el proceso educativo.
b. Aportes de las teorías de las emociones: Los aportes más contemporáneos en las
teorías de la emociones de Arnold (1970), Fridjda (1988), Lazarus (1991), entre
otros, han permitido penetrar en la comprensión de la complejidad de las
emociones y de los procesos emocionales.

d. La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1995) hace un
significativo aporte a la educación al integrar los estudios de la mente y del
cerebro, corroborando que la mayoría de las personas posee un gran espectro de
inteligencias.
e. El concepto de inteligencia emocional: Salovey y Mayer (1990) y Goleman
(1996) han profundizado y difundido el concepto de inteligencia emocional, así
como destacado su importancia en la educación integral del individuo. Se resalta
la modificabilidad de la inteligencia emocional en el sentido de que a diferencia
de lo que ocurre con el cociente intelectual, la inteligencia emocional puede
mejorar a lo largo de la vida. Yoney (2000) reconoce que, aunque algunos
rasgos de la IE son determinados genéticamente, las habilidades de la IE pueden
ser aprendidas a través de la experiencia y también es posible desarrollarla a
través de la orientación profesional. Goldie (2002) sostiene que la idea esencial
es que nuestras emociones pueden educarse: se puede enseñar a reconocer las
emociones y se puede aprender a controlarlas.

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